10 Ejemplos de
Texto literario

Un texto literario es una forma de producción oral o escrita que privilegia las formas estéticas, poéticas y lúdicas por encima del contenido informativo u objetivo del mensaje.

De este modo, en los textos literarios predomina la función poética del lenguaje, que es aquella que se utiliza para producir un efecto estético y en la que se prioriza la manera en que se dice lo que se quiere transmitir.

Los textos literarios presentan total libertad creativa, dado que pueden tener distintas formas, estilos, tonos, temas, etc. La mayoría de las veces, estos textos utilizan figuras literarias, que sirven para dotarlos de mayor expresividad. Además, suelen presentar diversos recursos discursivos, como por ejemplo la narración, el diálogo, la descripción, entre los más frecuentes.

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Tipos de textos literarios

Los textos literarios se clasifican dentro de tres grandes géneros:

  • Género narrativo. Este género comprende el cuento breve, la novela, el microcuento, la leyenda, la fábula, la crónica literaria y otras formas de relatos, reales o imaginarios, de índole fantástica o realista, que hacen énfasis en los personajes, el entramado de la acción y la figura del narrador para generar en el lector expectativa, tensión y otras emociones semejantes.
  • Género dramático. La escritura dramática es aquella que está creada para ser representada en un teatro por actores. Por lo general, presenta personajes y escenarios, y las situaciones ocurren delante del espectador sin estar mediadas por un narrador. Este género comprende la comedia, la tragedia y el drama.
  • Género lírico. Es la más libre de las artes literarias, pues no hay prácticamente ninguna regla que defina lo que es o no es un poema, excepto su propósito de plasmar sentimientos, perspectivas existenciales, reflexiones desde el punto de vista del yo lírico. Los poemas más tradicionales presentan rimas y versos que siguen una métrica determinada. Sin embargo, hoy se considera que un poema puede adquirir cualquier forma o estructura, y presentar un ritmo y una musicalidad propios.

Ejemplos de texto literario

  1. “La poesía”, de Eugenio Montejo (poema)

La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo,
y nada de pie,
ni siquiera palabras.

Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.

  1. “El mundo”, de Augusto Monterroso (microcuento)

Dios todavía no ha creado el mundo; solo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.

  1. “El avaro”, de Moliére (comedia teatral, fragmento)

VALERIO: ¡Cómo, encantadora Elisa, os sentís melancólica después de las amables seguridades que habéis tenido la bondad de darme sobre vuestra felicidad! Os veo suspirar, ¡ay!, en medio de mi alegría. ¿Es que acaso lamentáis, decidme, haberme hecho dichoso? ¿Y os arrepentís de esta promesa, a la que mi pasión ha podido obligaros?

ELISA: No, Valerio; no puedo arrepentirme de todo cuanto hago por vos. Me siento movida a ello por un poder demasiado dulce, y no tengo siquiera fuerza para desear que las cosas no sucedieran así. Mas, a deciros verdad, el buen fin me causa inquietud, y temo grandemente amaros algo más de lo que debiera.

VALERIO: ¡Eh! ¿Qué podéis temer, Elisa, de las bondades que habéis tenido conmigo?

ELISA: ¡Ah! Cien cosas a la vez; el arrebato de un padre, los reproches de una familia, las censuras del mundo; pero más que nada, Valerio, la mudanza de vuestro corazón y esa frialdad criminal con la que los de vuestro sexo pagan las más de las veces los testimonios demasiado ardientes de un amor inocente.

  1. “La trama celeste”, de Adolfo Bioy Casares (cuento, fragmento)

Cuando el capitán Ireneo Morris y el doctor Carlos Alberto Servian, médico homeópata, desaparecieron, un 20 de diciembre, de Buenos Aires, los diarios apenas comentaron el hecho. Se dijo que había gente engañada, gente complicada y que una comisión estaba investigando; se dijo también que el escaso radio de acción del aeroplano utilizado por los fugitivos permitía afirmar que estos no habían ido muy lejos. Yo recibí en esos días una encomienda; contenía: tres volúmenes in quarto (las obras completas del comunista Luis Augusto Blanqui); un anillo de escaso valor (un aguamarina en cuyo fondo se veía la efigie de una diosa con cabeza de caballo); unas cuantas páginas escritas a máquina —Las aventuras del capitán Morris— firmadas C. A. S. Transcribiré esas páginas.

  1. El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger (novela, fragmento)

Aún no había sacado las entradas, así que compré un periódico y me puse a leer la cartelera. Como era domingo sólo había tres teatros abiertos. Me decidí por una obra que se llamaba Conozco a mi amor y compré dos butacas. Era una función benéfica o algo así. Yo no tenía el menor interés en verla, pero como conocía a Sally y sabía que se moría por esas cosas, pensé que se derretiría cuando le dijera que íbamos a ver eso, sobre todo porque trabajaban los Lunt. Le encantan ese tipo de comedias irónicas y como muy finas. El tipo de obra que hacen siempre los Lunt. A mí no. Si quieren que les diga la verdad, para empezar no me gusta mucho el teatro. Lo prefiero al cine, desde luego, pero tampoco me vuelve loco. Los actores me revientan. Nunca actúan como gente de verdad, aunque ellos creen que sí. Los buenos a veces parecen un poco personas reales, pero nunca lo pasa uno bien del todo mirándoles.

  1. “Paseando mi cigarro”, de Gay Talese (crónica literaria, fragmento)

Todas las noches después de la cena salgo, en compañía de mis dos perros, hasta Park Avenue, para darle un paseo a mi cigarro. Mi cigarro es del mismo color que mis dos perros, y a mis perros también los atrae su aroma: me saltan por las piernas cuando lo enciendo antes de echar a andar, con los hocicos ensanchados y los ojos estrechamente enfocados, con esa mirada glotona que ponen cada vez que les ofrezco galletas para mascotas o una bandeja de canapés condimentados que haya sobrado de uno de nuestros cócteles.

  1. “El mito de Eco” (mito de origen griego)

Eco era una ninfa de la montaña, de cuyos labios salían las más hermosas palabras. De hecho, eran tan hermosas que Zeus empezaría a sentirse atraído por ella. Hera, al descubrir esto, maldijo a Eco arrebatándole la voz y haciendo que solo pudiera repetir las últimas palabras que dijera la persona con la que estuviera conversando.

Pasado el tiempo, y retirada en el campo, la ninfa se enamoró del joven Narciso, a quien observaba a escondidas, aunque no podía hablarle por su castigo. Un día, el joven percibió a la ninfa, pero al conocer su historia con la ayuda de distintos animales, inmediatamente la rechazó con crueldad. Esto provocó que Eco se escondiera en una cueva para siempre, donde se consumió hasta que solo quedó su voz.

  1. “La zorra y los racimos de uva”, de Esopo (fábula)

La zorra estaba hambrienta, cuando vio colgando de una parra unos racimos de uva que parecían deliciosos. Se acercó y quiso atraparlos con su boca, pero no pudo alcanzarlos, a pesar de haber hecho todos sus esfuerzos.

Al darse cuenta de que no podría alcanzarlos, se alejó de allí malhumorada y diciendo:

—¡Ni siquiera quería esas uvas, están tan verdes que seguro saben mal!

Moraleja: Si no somos capaces de lograr algo, no debemos despreciar las cosas ni culpar a otras personas o a las circunstancias a modo de consuelo.

  1. Cantar del Mío Cid, anónimo (cantar de la gesta, fragmento)

Don Rodrigo, en esta grave coyuntura, mandó aviso a sus parientes y vasallos y reuniéndolos les dijo cómo el rey le mandaba salir de sus tierras, en el plazo de nueve días, y que quería saber quiénes deseaban seguirle y quiénes quedarse.

–A los que conmigo vinieren –dijo–, que Dios les dé buen pago; pero también quiero dejar contentos a quienes decidieren quedarse.

Habló entonces Álvar Fáñez, de don Rodrigo primo hermano.

–Con vos iremos, Cid, por yermos y por poblados, y mientras sanos estemos tened por seguro que no habremos de faltaros. A vuestro servicio pondremos nuestras mulas y caballos, y todos nuestros dineros y arreos. Como vasallos leales, hasta el fin os serviremos.

  1. “Oda al día feliz”, de Pablo Neruda (oda, fragmento)

Esta vez dejadme
ser feliz,
nada ha pasado a nadie,
no estoy en parte alguna,
sucede solamente
que soy feliz
por los cuatro costados
del corazón, andando,
durmiendo o escribiendo.
Qué voy a hacerle, soy
feliz.
Soy más innumerable
que el pasto
en las praderas,
siento la piel como un árbol rugoso
y el agua abajo,
los pájaros arriba,
el mar como un anillo
en mi cintura,
hecha de pan y piedra la tierra
el aire canta como una guitarra.

Literatura griega y su influencia en el mundo occidental

En la antigua Grecia, considerada la cuna literaria de Occidente, la tragedia (precursora del teatro contemporáneo) era indispensable en la formación emocional y cívica del ciudadano, dado que transmitía valores políticos, religiosos y morales considerados necesarios. Al mismo tiempo, la epopeya (precursora de la narrativa actual) era el medio de transmisión de los grandes mitos fundacionales de la civilización helénica, como los contenidos en La Ilíada y La Odisea.

En la actualidad, los textos literarios se consideran parte de las actividades de ocio, recreación y de formación de las personas, dado su amplio contenido humano, expresado en referencias a acontecimientos históricos, relatos populares, símbolos y arquetipos de la cultura, así como a experiencias reales transformadas o embellecidas a través de la ficción.

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¿Cómo citar?

"Texto literario". Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Enciclopedia de Ejemplos. Disponible en: https://www.ejemplos.co/ejemplos-de-texto-literario/. Última edición: 19 marzo, 2024. Consultado: 12 abril, 2024.

Sobre el autor

Fecha de publicación: 2 diciembre, 2016
Última edición: 19 marzo, 2024

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