10 Ejemplos de
Historias cortas

Las historias cortas son narraciones breves que pueden ser cuentos, fábulas, mitos o leyendas. Algunas de estas historias están escritas y otras son de transmisión oral.

La función de las historias cortas es entretener, pero también enseñar algo o transmitir valores o creencias.

A pesar de su brevedad, la mayoría de las historias cortas tiene la siguiente estructura:

  • Introducción. Se presenta a los personajes, el lugar y el contexto. Es el comienzo de la historia.
  • Nudo. Se presenta el problema o un suceso que modifican la normalidad y se mencionan los hechos más importantes.
  • Desenlace. Se resuelve el problema. Generalmente, en esta parte aparece el efecto de la historia.

Ejemplos de historias cortas

  1. Los tres cerditos

En el bosque vivían tres cerditos que decidieron construir una casa cada uno, para protegerse de un lobo que rondaba por allí. Uno de los cerditos hizo su casa de paja; otro, de madera y otro, con ladrillos.

Un día el primer cerdito vio que se acercaba el lobo y entró corriendo en su casa de paja. El lobo sopló, la derribó y el cerdito se fue corriendo a la casa de madera, donde vivía su amigo.

El lobo fue hasta la casa de madera, pero esta vez sopló más fuerte y también la derribó. Los dos cerditos salieron corriendo a la casa de ladrillos de su otro amigo.

El lobo también fue hasta la puerta de esta casa, pero cuando sopló, no la pudo derribar. Los tres cerditos estaban muy contentos.

Este es un cuento popular que busca transmitir una moraleja: cuando una persona se esfuerza mucho, obtiene mejores resultados.

  1. El adivino

En una plaza pública había un señor que decía ser adivino y la gente le consultaba sobre lo que ocurriría en el futuro. Pero un día un vecino del adivino se le acercó y le dijo que unos ladrones habían entrado en su casa y que le habían robado todo. El adivino, desesperado, salió corriendo, pero un hombre lo frenó y le preguntó: “Si eres adivino, ¿cómo no sabías que te iban a robar?”. El adivino no supo qué contestarle.

Esta es una fábula de Esopo, un griego que vivió entre 600 a. C. y 564 a. C., y, por lo tanto, contiene una moraleja: nadie puede realmente conocer el futuro.

  1. Pedro y el lobo

Pedro era un pastor que siempre llevaba sus ovejas al campo. Un día, estaba muy aburrido y decidió hacer una broma: empezó a gritar que venía un lobo pero, en verdad, no había ninguno.

La gente de la aldea salió corriendo a ayudar a Pedro, pero cuando llegaron solo vieron a Pedro riéndose a los gritos. Los aldeanos le dijeron que no podía mentir con ese tipo de cosas y que no era bueno hacer ese tipo de bromas.

Al otro día, Pedro repitió la broma y los aldeanos volvieron a retarlo. Pasaron los días y Pedro seguía llevando sus ovejas a pastar. Un día estaba en el campo y vio que se acercaba un lobo, entonces, Pedro comenzó a gritar pidiendo ayuda.

Esta vez, los aldeanos no le creyeron. Entonces, el lobo atacó a algunas de sus ovejas y Pedro salió corriendo. Desde ese día, Pedro no volvió a decir mentiras.

Esta fábula se le atribuye a Esopo, pero no se sabe con certeza si él es el autor. Como todas las fábulas, busca transmitir una moraleja: no está bien mentirle y burlar a la gente.

  1. La gallina de los huevos de oro

En una granja vivía una pareja que tenía varias gallinas. Un día la mujer entró al gallinero y vio que una gallina no había puesto un huevo común, sino que había puesto un huevo de oro.

Los días pasaban y la gallina ponía un huevo de oro por día. El hombre decidió que tenían que matar y abrir la gallina, porque creía que adentro tenía oro. La mujer accedió.

Pero cuando la abrieron, se dieron cuenta de que era una gallina como cualquier otra.

Esta fábula también contiene una moraleja: no hay que ser ambicioso.

  1. El viejo, el niño y el burro

Un día un niño y su abuelo salieron de paseo por el monte y llevaron un burro. El niño iba montando el burro y el abuelo iba caminando. Cuando llegaron a un pueblo, los habitantes del lugar comenzaron a criticarlos, porque no podían creer que el niño fuera encima del burro y el anciano tuviera que ir caminando. Entonces, el niño y el abuelo decidieron que el anciano iría montando el burro.

Llegaron a otro pueblo y los habitantes de este lugar comenzaron a criticarlos, porque no podían creer que el niño tuviera que caminar tanto. Entonces, decidieron que los dos irían montando el burro.

Pero llegaron a otro pueblo y los habitantes de este lugar comenzaron a criticarlos, porque creían que el animal estaba llevando demasiado peso. Entonces, el niño y el abuelo decidieron que los dos irían caminando.

Finalmente, llegaron a otro pueblo, y los habitantes del lugar se rieron de ellos porque ninguno iba montando el burro.

Este cuento tradicional tiene una moraleja: no hay que escuchar las críticas y las burlas de los demás.

  1. El collar

Antes solo existían el cielo y el agua, pero todavía no se había creado la Tierra. Un dios, Obatala, le pidió permiso a Olorun, el rey del cielo, para crear la tierra. Olorun le concedió el permiso y le dio un collar dorado, el caparazón de un caracol lleno de arena, un gato, una gallina y una semilla.

Obatala descendió por el collar del cielo al agua y empezó a volcar la arena en el agua. La gallina esparció la arena hasta que se formó la tierra. El dios plantó la semilla y vio cómo crecía un árbol de ella. Obatala solía jugar con su gato, pero se sentía muy solo, entonces, empezó a formar figuras similares a él con barro. Olorun sopló las figuras y así fue como surgieron las primeras personas.

Esta historia corta es un mito antropogónico porque explica la creación del ser humano y es del continente africano.

  1. El zorro y el tigre

Cierta vez, un tigre quiso cazar a un zorro. Pero el zorro lo detuvo y le dijo que él era el rey de los animales y, por eso, el tigre no debía dañarlo.

El tigre le pidió que se lo demostrara, entonces, el zorro le dijo que lo acompañara porque al ser el rey, todos los animales huirían de él. Y así fue, todos los animales se iban corriendo cuando los veían llegar y el tigre le creyó.
Lo que el tigre no sabía era que los animales no huían del supuesto rey, el zorro, sino que huían del tigre, porque le tenían miedo.

Esta fábula china tiene una moraleja: es mejor usar la inteligencia que la fuerza para superar una situación difícil.

  1. Los halcones y el rey

Un día un rey recibió dos pichones de halcón como regalo. El rey le pidió a uno de sus hombres que los cuidara y que los entrenara. Pasaron algunos meses y el rey fue a ver cómo estaban sus halcones y vio que uno volaba, pero que otro no se movía de la rama en la que estaba apoyado. El súbdito no sabía qué estaba pasando con este halcón.

El rey decidió ofrecer una recompensa a la persona que pudiera hacer volar al halcón. Un día, volvió al árbol donde estaban los halcones y vio que estaban los dos volando. Averiguó quién era la persona que lo había hecho volar: un campesino.

El rey fue a conversar con el campesino y le preguntó cómo lo había logrado. El campesino le contestó que había roto la rama y que el halcón se había echado a volar en ese momento.

Este cuento tradicional busca transmitir la enseñanza de que es necesario que algunas cosas cambien para que otras puedan suceder.

  1. El canguro

Se cree que antiguamente los canguros tenían cuatro patas, que utilizaban para caminar. Pero un día, había unos canguros descansando tranquilamente, hasta que vieron un cazador que se ocultaba en la maleza.

El hombre se acercó a un canguro, y el canguro, muy asustado porque nunca había visto a una persona, salió corriendo. El cazador lo siguió y lo alcanzó en muy poco tiempo. Pero el canguro pudo esconderse antes de que el hombre lo cazara.

Se hizo de noche y el hombre hizo una fogata, el canguro se dio cuenta de que el hombre no se iría, entonces, tendría que escaparse sin ser visto. Correr rápido con las cuatro patas no le serviría, así que decidió ir lento utilizando solo las dos patas traseras para no hacer ruido. El canguro se fue caminando solo con dos patas, cuando estuvo en un lugar seguro probó si podía soltar y lo logró.

Finalmente, el canguro llegó al lugar donde estaban los otros canguros, les explicó cómo había escapado y les enseñó a caminar y a saltar en dos patas. Desde ese momento, los canguros caminan y saltan utilizando solo sus patas traseras.

Esta es una leyenda de Australia, que se transmitió de generación en generación, y explica el origen de la forma de andar de los canguros.

  1. El león y el mosquito

Un león estaba durmiendo en la selva tranquilamente, hasta que empezó a escuchar un zumbido en la oreja. El ruido lo había provocado un mosquito, que le dijo al felino: “Yo soy más fuerte que el rey de la selva”. El león le dijo que lo dejara descansar. Pero el mosquito le dijo que podía vencerlo y el león lo desafió para que lo hiciera.

El mosquito se movía rápido y consiguió picar al león. En cambio, el león no le hizo ni un rasguño al insecto y se dio por vencido. El mosquito estaba muy contento con su triunfo hasta que de repente se dio cuenta de que había sido atrapado por una tela de araña.

Este cuento tradicional invita a pensar que no es necesario competir por todo y que siempre puede haber alguien que sea mejor que uno en una actividad.

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¿Cómo citar?

"Historias cortas". Autor: Carla Giani. De: Argentina. Para: Enciclopedia de Ejemplos. Disponible en: https://www.ejemplos.co/historias-cortas/. Última edición: 14 julio, 2022. Consultado: 12 abril, 2024.

Sobre el autor

Autor: Carla Giani

Profesorado en Letras (Universidad de Buenos Aires).

Fecha de publicación: 27 septiembre, 2021
Última edición: 14 julio, 2022

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