25 Ejemplos de
Fuentes orales

Las fuentes orales son informaciones no escritas a las que se accede por medio de la palabra hablada y que pueden resultar un valioso recurso documental histórico. Contribuyen a fijar una memoria colectiva o presentan versiones alternativas a un discurso hegemónico, en algunos casos.

Constituyen un subgénero para la historiografía, llamado historia oral, aunque los historiadores coinciden en que, en muchos casos, deben tomarse con cautela y requieren de una amplia investigación que confirme su veracidad.

Tipos de fuentes orales

Las fuentes orales pueden clasificarse en:

Testimonios

Son aquellos discursos en primera persona en el que se relatan las experiencias de un individuo sobre algún acontecimiento. Pueden ser:

Testimonios directos. Son narraciones transmitidas por un testigo presencial de los hechos, que ofrece información que conoce desde su experiencia o por su observación. Por ejemplo:

  1. El testimonio que da en un juicio una persona víctima de un hecho delictivo que se está juzgando.
  2. Las declaraciones que un actor hace en una entrevista sobre su vida.
  3. La descripción que hace un testigo ocular de un fenómeno extraordinario.

Testimonios indirectos. Son narraciones transmitidas por alguien que cuenta lo que otro le contó. Por ejemplo:

  1. Las enseñanzas de padres a hijos o de los mayores a los aprendices, basadas en lo que sus ancestros les enseñaron.
  2. El testimonio que da un testigo en un juicio sobre lo que escuchó que otra persona dijo.
  3. Las declaraciones de los voceros presidenciales ante la prensa.

Tradiciones orales

Son distintas formas habladas con las que se construye el patrimonio cultural e inmaterial de una comunidad. Permiten compartir con las siguientes generaciones conocimientos y experiencias. Pueden ser:

Refranes. Los refranes son breves enunciados de uso popular y generalmente anónimos, que tienen una intención moral, didáctica o filosófica. Por ejemplo:

  1. A buen entendedor, pocas palabras.
  2. No por mucho madrugar, se amanece más temprano.
  3. Perro que ladra no muerde.

Canciones. Las canciones son composiciones musicales con letra y acompañamiento de diversos instrumentos. Hay distintos tipos de canciones, en particular las canciones folclóricas son de dominio público, a veces de origen anónimo y se transmiten de generación en generación, y se convierten en la forma de expresión de toda una comunidad. Tratan temáticas relacionadas con aspectos nacionales o culturales, con rasgos particulares para las distintas sociedades. Por ejemplo:

  1. «Corrido de mi General Zapata» – Agustín Niño

Al pie de tu sepulcro,
mi General Zapata,
en nombre de la Patria
yo te ofrendo una flor.

Valiente guerrillero,
valiente hijo del pueblo,
mi México te aclama
y alaba tu valor.

También entono mi canto,
para tus generales,
aquellos hombres leales
valientes como tú.

A ellos una rosa,
a ti bellos laureles,
para seguir tus sienes
mi… del sur

Ay, ay, ay, descansa en paz,
bajo el cielo que amaste,
donde vive tu frase
de Tierra y Libertad.

Allá por Chinameca,
donde te traicionaron,
tu sangre está brillando
como un rayo de sol.

Y tu nombre en la historia,
cubierto está de gloria,
con lágrimas de un pueblo
que te tributa honor.

Adiós celoso…,
adiós Cuautla, Morelos,
la que guarda en sus senos
al hijo que la amó.

Adiós don Emiliano,
mi General Zapata,
en nombre de la Patria
recibe blanca flor.

Ay, ay, ay, descansa en paz,
bajo el cielo que amaste,
donde vive tu frase
de Tierra y Libertad.

  1. «Las mañanitas» – Vicente Fernández

Estas son las mañanitas
Que cantaba el rey David
Hoy por ser día de tu santo
Te las cantamos aquí
Despierta, mi bien, despierta
Mira que ya amaneció
Ya los pajaritos cantan
La luna ya se metió
Qué linda está la mañana
En que vengo a saludarte
Venimos todos con gusto
Y placer a felicitarte
El día en que tú naciste
Nacieron todas las flores
En la pila del bautismo
Cantaron los ruiseñores
Ya viene amaneciendo
Ya la luz del día nos dio
Levántate de mañana, mira que ya amaneció
Si yo pudiera bajarte, las estrellas y un lucero
Para poder demostrarte lo mucho que yo te quiero
Con jazmines y flores este día quiero adornar
Hoy por ser día de tu santo
Te venimos a cantar

  1. «A toda Cuba le gusta» – Remberto Bécker

A toda Cuba le gusta
el ambiente de guaracha,
apretar a las muchachas
lo mismo que al marañón.

¿Qué me dice de un danzón,
de una rumbita caliente,
un guateque allá en Oriente,
de esa caliente región?

Allá va mi inspiración
desde mi Habana querida,
es de allí la preferida
mujer de mi corazón.

Por eso me pica aquí
y voy a rascarme allá.

Cuentos. Pertenecientes al género narrativo, los cuentos son textos que nacieron como una forma de expresión oral. El cuento tradicional consiste en una narración breve, de origen anónimo, transmitida originalmente de boca en boca y que refiere acontecimientos ficticios, pero que revelan diferentes aspectos de la cultura. Por su transmisión oral, en la mayoría de los casos, existe más de una versión de estas historias. Por ejemplo:

  1. «La Cenicienta» – Hermanos Grimm

Había una vez una joven niña huérfana de madre, que vivía felizmente con su padre. Un día este decidió volver a casarse con una mujer también viuda, con dos hijas muy bonitas, pero malvadas de corazón. A partir de entonces, la pobre niña fue despojada de sus vestidos, maltratada y confinada al rincón más oscuro de la casa. Se vio obligada a realizar sola todas las tareas domésticas y, puesto que estaba siempre sucia, terminaron por apodarla Cenicienta.

Cierta vez, el rey ofreció una fiesta e invitó a todas las muchachas del lugar, para intentar que su hijo conociera y se enamorara de alguna de ellas. Las hermanastras de Cenicienta se aprestaron para ir, mientras que la pobre jovencita lloraba en silencio pues su madrastra le prohibía asistir a tal evento. Pero, una vez que estuvo sola, un hada madrina se presentó ante ella y le ofreció un hermoso vestido y un espléndido carruaje para que pudiera ir. Le advirtió, sin embargo, que a las doce de la noche, todo aquel lujo desaparecería. Cenicienta disfrutó de la fiesta ante la mirada de sus hermanastras quienes, al verla tan ricamente vestida, no la reconocieron. El príncipe se interesó inmediatamente por ella, y pasó a su lado toda la velada, sin poner atención en ninguna otra muchacha.

Tan entretenida estaba Cenicienta, que olvidó la advertencia que le había hecho su hada madrina. Cuando las campanas indicaron la medianoche, escapó sin despedirse y, al correr hacia la salida, perdió uno de sus delicados zapatitos de cristal. Entonces, el príncipe y sus cortesanos recorrieron las casas de la ciudad para encontrar a la muchacha dueña del minúsculo zapato, hasta dar con la residencia en la que vivía Cenicienta junto a su madrastra y a sus hermanastras.

Ambas se apresuraron a probarlo, pero ninguna tenía el pie tan pequeño y fino como para que calzara en él. Antes de irse, el príncipe divisó a Cenicienta que miraba silenciosa desde un rincón de la sala y la invitó a probar el zapato a ella también.

Ante la sorpresa de todos, el zapato le quedó perfecto y de inmediato el príncipe la reconoció. La llevó con él al palacio y se casaron. Pronto Cenicienta se olvidó de su triste pasado y de sus hermanastras, que tanto daño le habían causado.

  1. Caperucita Roja – Charles Perrault

Érase una vez una pequeña niña que vivía con su madre en un pueblo lejano. Era muy dulce y querida por todo el mundo. Como solía vestir una caperuza de color rojo, pronto todos la llamaron Caperucita Roja.
Cierta vez, su madre le avisó que la abuelita, a quien tanto quería, estaba enferma. “Por favor, lleva esta cesta con alimentos a la abuela, lo más pronto posible”. Antes de despedirla le advirtió: “Ve por el sendero que cruza el bosque y no te distraigas en el camino”.

Caperucita emprendió su viaje y a poco de andar se cruzó con un lobo, que le preguntó a dónde iba y qué traía en la cesta. “Son obsequios para mi abuelita, que está muy enferma”. Mientras la niña se distraía recogiendo flores y admirando a los pajarillos, el lobo decidió recorrer velozmente el tramo de sendero que llegaba hasta la casa de la abuela. Así lo hizo, y en poco tiempo arribó a la cabaña emplazada en medio del bosque. Con sus enormes zarpas golpeó la puerta y suplicó, afinando la voz: “Abuelita, soy Caperucita Roja, he venido a visitarte”. La anciana no había terminado de abrir la puerta cuando el lobo se abalanzó sobre ella y la tragó con su enorme boca, de un solo bocado.

Rápidamente, vistió el camisón de la abuelita y se metió en la cama, a la espera de la pequeña. Una vez ante la puerta, Caperucita golpeó suavemente. “Pasa, querida, qué agradable visita”, mintió el lobo. La niña miró fijamente al animal, vestido con ropas de la anciana, y comentó: “Abuelita, qué orejas tan grandes que tienes…”. Ante lo que el lobo respondió: “Para escucharte mejor”. No conforme con lo que veía, la niña insistió: “Pero abuelita, qué nariz tan grande tienes”, y el lobo a su vez, dijo: “Para olerte mejor”. Acercándose un poco más a la cabecera de la cama, Caperucita volvió a dirigirse al lobo: “Pero abuelita, qué boca más grande tienes”. En un solo movimiento, el lobo se levantó y engulló a la pequeña niña. Luego, empachado de tanto alimento, el lobo se durmió.

En ese momento, pasaba por allí un cazador conocido de la abuela, que vio desde la ventana al enorme lobo durmiendo en la cama de la anciana. Sin mediar palabra le dio muerte y al palparlo percibió que abuela y nieta estaban en su barriga. El hombre abrió las tripas del animal y las liberó. Todos se abrazaron en señal de alegría y merendaron en grande con los productos de la canasta de Caperucita Roja.

  1. Rapunzel – Hermanos Grimm

Había una vez un matrimonio que vivía muy cerca de la malvada bruja Gothel que tenía un hermoso jardín lleno de flores. La mujer quedó embarazada y, conforme pasaban los días, comenzó a sentir un enorme deseo por comer algunos rapónchigos que veía en el jardín de la bruja.

El marido, entonces, ingresó a hurtadillas y se apoderó de unos cuantos, con tanta mala suerte que la bruja lo descubrió en medio del trance. El hombre pidió piedad y ella accedió a no matarlo si le daba a cambio al bebé que estaba por nacer.

El hombre accedió dolorosamente y al cabo de un tiempo, le llevó a la malvada bruja el retoño envuelto en mantas. La niña, a quien llamó Rapunzel, creció junto a la bruja y, a la edad de doce, ya era una muchachita muy bonita. La bruja decidió entonces encerrarla en una torre inmensamente alta y sin puertas. Gothel la visitaba diariamente y, para ingresar, le pedía a Rapunzel que dejara caer su larga cabellera por la ventana de la torre.

Un príncipe pasó un día cerca de la intrigante construcción y se detuvo cuando escuchó una dulce voz que cantaba en su interior. No encontró puertas de acceso, pero observó cómo la bruja ingresaba ayudada por las largas cabelleras de la jovencita. Al día siguiente, sabiendo que la bruja no se encontraba, pidió a Rapunzel que admitiera su ingreso en la torre y ella accedió. Los jóvenes congeniaron rápidamente y se enamoraron. El príncipe visitaba a la muchacha diariamente y juntos planearon el modo de escapar: él le llevaría hilo de seda, para que ella pudiera tejer una escalera que le permitiera bajar.

Sin embargo, la terrible bruja se enteró de que el joven príncipe estaba en contacto con Rapunzel y, en venganza, la echó a un lúgubre pantano, no sin antes cortar su larga y dorada trenza. Con ella, engañó al príncipe haciéndolo subir a la torre y lo dejó allí encerrado, y le aseguró que nunca más iba a ver a la jovencita.

Desesperado de dolor, el hombre cayó de la torre sobre unos espinos y quedó ciego. Desamparado, renunció a su amor por Rapunzel porque ya no podría ver su belleza. Pero vagando a tientas por el pantano, se cruzó inesperadamente con ella, quien le ofreció abrigo y un hogar. Al verlo en ese estado, la muchacha no pudo contener el llanto y sus lágrimas, al tocar los párpados del desdichado, le devolvieron la vista.

Entonces, volvieron al palacio del rey para casarse y vivir felices el resto de sus días.

Leyendas. Las leyendas relatos que narran hechos naturales o sobrenaturales, que se transmiten oralmente y entre generaciones. Las historias se centran en tiempos y espacios similares a los de la comunidad, lo que les confiere cierta verosimilitud. Por otra parte, en el intercambio de historias, muchas se han modificado, recortado o extendido. Por ejemplo:

¿Por qué el mar es salado?

Una leyenda nórdica explica que, hace mucho tiempo, había un gigante que tenía un molino mágico que producía sal. Pero se lo regaló a una mujer humilde, que vivía con su hija pequeña. Gracias a este fantástico presente, la señora podía producir tanta sal como era necesaria y venderla en el pueblo cercano y así sustentar sus gastos y los de su hija. Sin embargo, un malvado duende lo robó y lo tiró en medio del mar. Desde entonces las aguas de mares y océanos son saladas.

La llorona

Una leyenda originaria de México cuenta la historia de una mujer que, al ser despreciada por su marido, tuvo un ataque de ira y, por despecho, ahogó a sus hijos antes de matarse. Desde entonces, vaga por zonas cercanas a ríos, lagunas y mares, lamentándose de un modo aterrador y asustando a todo aquel que ve.

La flor del ceibo

Había una vez una jovencita de origen guaraní que vivía con su comunidad a orillas del río Paraná, en lo que hoy es Argentina. Se llamaba Anahí y a todo el mundo le gustaba escucharla cantar, porque tenía una voz dulce y melodiosa. Cierta vez un grupo de soldados españoles que investigaba aquellos territorios, descubrió a la joven y la apresó junto a otras personas del pueblo. Por un tiempo, los pobladores quedaron detenidos en manos de los exploradores, hasta que Anahí logró sortear el peligro y escapar. Pero fue nuevamente capturada, no muy lejos de allí y condenada a muerte por ello. Los soldados la ataron a un árbol, al que prendieron fuego mientras la muchacha no dejaba de cantar. Al día siguiente, en aquel árbol, en medio de las cenizas, aparecieron unas delicadas flores de color rojo en conmemoración de su muerte. Ahora a aquella bonita flor se la conoce como la flor del ceibo.

Mitos. Los mitos son narraciones orales y anónimas, que muestran de qué modo entiende el mundo una comunidad. Los mitos surgieron para explicar grandes enigmas para los que no había una respuesta evidente. Por eso, la mayoría desarrolla temas como la vida y la muerte, y el origen del mundo. En estas historias los protagonistas son seres sobrenaturales que realizan acciones extraordinarias y dan respuestas que en otros tiempos eran aceptadas como verdaderas. A diferencia de las leyendas, los hechos narrados no ocurren en un tiempo cercano y familiar, y sus protagonistas no son, necesariamente, personas comunes. Se trata de un entorno que pertenece a otro tiempo muy alejado del presente. Por ejemplo:

  1. La caja de Pandora

El dios Júpiter se enojó con los hombres cuando estos, con ayuda de Prometeo, aprendieron a encender y manipular el fuego. En venganza, pidió a los dioses que crearan a una mujer que estuviera dotada con todas las cualidades posibles: belleza, talento, curiosidad, sabiduría y el fantástico don de la palabra. La llamaron Pandora y en su corazón también ocultaron el mal y el engaño.

Epimeteo, hermano de Prometeo, recibió entonces un regalo de los dioses, aun cuando le había sido advertido que no debía hacerlo. Inmediatamente se enamoró de la mujer y se casó con ella. Júpiter envió como regalo de bodas una caja con el mandato de que nunca fuera abierta.

Pero la joven esposa no pudo contenerse y un día la abrió para saber qué había en su interior. De este modo y sin quererlo, liberó todos los males de la humanidad causantes de todas las desgracias del mundo.

  1. El mito de Sísifo

Sísifo era el rey y fundador de la ciudad de Éfira. Tenía fama de impío y se lo acusaba de matar y robar a caminantes y marineros para aumentar su riqueza. Los dioses no aprobaban su maldad sin límites y decidieron castigarlo. Así Zeus envió a Tánatos a buscarlo. Pero Sísifo era muy astuto y logró engañar a Tánatos, apresarlo y ponerle grilletes. Por un tiempo no hubo muertes en la Tierra, hasta que Ares liberó al dios de sus cadenas.

Como castigo por su insolencia, Ares condenó a Sísifo a permanecer al servicio de Tánatos en el inframundo. Pero nuevamente, el astuto rey volvió a torcer su suerte: antes de morir, pidió a su esposa que no hiciera los rituales correspondientes y al llegar al infierno se quejó con Hades de que no cumplía con sus deberes y pidió volver a la Tierra para retarla. Cuando estuvo en Éfira, se negó por todos los medios a regresar al inframundo. Allí vivió el resto de su vida hasta que murió naturalmente, a una edad avanzada.

Entonces, le tocó finalmente cumplir un castigo que duraría toda la eternidad: tendría que subir una enorme piedra hasta la cima de una colina, pero cada vez que estaba a punto de alcanzarla, la roca rodaba de regreso a la base y Sísifo tendría que volver a comenzar.

Así puede vérselo todos los días: Sísifo es el disco del sol que atraviesa el firmamento durante el día, se esconde durante la noche, y vuelve a aparecer al día siguiente.

  1. El mito del eco

Entre las ninfas del bosque y de la montaña, se encontraba Eco, reconocida porque de sus labios salían las palabras más bellas y seductoras. Tanto era así, que Zeus comenzó a sentirse atraído por ella. Su esposa, Hera, descubrió las intenciones del dios y le invadieron los celos. Maldijo entonces a la ninfa y le quitó la voz, por lo que desde entonces Eco solo pudo repetir los últimos fragmentos de lo que otros decían.

En una oportunidad, la ninfa se cruzó a Narciso, se enamoró de él y comenzó a espiarlo a escondidas. Cuando el joven se dio cuenta de que Eco lo seguía, la rechazó cruelmente y la dolida ninfa corrió a esconderse en una cueva donde terminó por consumirse hasta que de ella solo quedó su voz.

Historias familiares. Son relatos de experiencias que involucran a los distintos miembros de una familia, que se reciben como legado de generaciones anteriores y que constituyen, junto a las fotografías y otros recuerdos heredados, un elemento identitario que repercute incluso en los miembros más jóvenes. Los relatos de familia contribuyen a la cohesión interna de quienes pertenecen a ella. Por ejemplo:

  1. Relatos de inmigración, que explican muchas de las tradiciones que las familias conservan hasta hoy.
  2. Distintos relatos del mismo episodio ya que, muchas veces, un mismo suceso familiar es recordado de distinta manera de acuerdo al punto de vista de quienes lo presenciaron.
  3. Chistes familiares, que a veces devienen en tradiciones o explican cierta forma en que se hacen las cosas en el núcleo de la familia.

Historias de vida. La reconstrucción de las experiencias personales de cada individuo suelen ser una estrategia de investigación dentro del método biográfico, que permite crear versiones diferentes de la historia social. También puede utilizarse este método para reconstruir la identidad de una sociedad, mediante la investigación de la vida de varios de sus miembros. Por ejemplo:

  1. La vida de Jesús de Nazaret, que se pudo reconstruir a partir de textos escritos por los apóstoles y seguidores.
  2. Documentales de artistas o políticos, en los que intervienen conocidos para aportar anécdotas o testimonios.
  3. En terapia grupal se aplican las técnicas psicológicas para permitir que los pacientes relaten sus experiencias de vida en función de mejorar sus vínculos sociales.

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¿Cómo citar?

"Fuentes orales". Autor: Vanesa Rabotnikof. De: Argentina. Para: Enciclopedia de Ejemplos. Disponible en: https://www.ejemplos.co/fuentes-orales/. Última edición: 24 enero, 2023. Consultado: 12 abril, 2024.

Sobre el autor

Autor: Vanesa Rabotnikof

Licenciatura en Letras (Universidad de Buenos Aires). Especialización en Edición (Universidad Nacional de La Plata).

Fecha de publicación: 31 enero, 2022
Última edición: 24 enero, 2023

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