20 Ejemplos de
Actividades voluntarias e involuntarias

Las actividades voluntarias son realizadas con cooperación o propósito expreso del individuo. En su ejecución interviene la conciencia y es posible decidir realizarlas o no, de qué forma y durante cuánto tiempo. Por ejemplo: hablar, escribir, saltar.

Las actividades involuntarias, en cambio, son llevadas a cabo sin que medie la voluntad. En su ejecución no interviene la conciencia y son automáticas o reflejas. La mayoría de las reacciones emocionales o fisiológicas pertenecen a esta categoría. Por ejemplo: soñar, respirar, sanar.

Los seres vivos están formados por diferentes órganos, como el corazón, el cerebro y el estómago, que están conectados entre sí. El sistema nervioso regula y establece las conexiones entre el cuerpo y el entorno: capta información, la procesa y elabora respuestas. Estas respuestas pueden ser voluntarias o involuntarias. Por ejemplo: caminar es una actividad voluntaria y el latido del corazón es una actividad involuntaria.

Ambos tipos de actividades son necesarias para la adaptación de los individuos al medio.

Ejemplos de actividades voluntarias

Las actividades voluntarias implican voluntad, es decir, la posibilidad de decidir y ordenar la conducta. Suponen un aprendizaje y su ejecución mejora con la práctica. El individuo procesa la información recibida y elabora una respuesta adecuada. Por ejemplo:

  1. Hablar. Comunicarse oralmente requiere de la voluntad para elaborar los significados a ser transmitidos y codificarlos correctamente en los sonidos que componen la lengua hablada.
  2. Andar. Caminar exige la coordinación de músculos y extremidades, y un cierto sentido de la orientación, que son habilidades enteramente voluntarias.
  3. Cocinar. Se trata de una actividad que requiere determinación e interés, por lo tanto, es un acto de voluntad.
  4. Leer. La lectura es un proceso complejo que requiere voluntad para sostener la atención y comprender lo que se lee.
  5. Comer. Si bien el hambre es una necesidad física que no es voluntaria, sí es posible determinar cuándo comer y cuándo no.
  6. Beber. No es posible decidir cuándo sentir sed, pero sí cuándo y qué beber, lo cual depende por completo de la decisión personal.
  7. Imaginar. Es un proceso mental que permite crear imágenes mentales y se puede controlar de forma consciente. Por ejemplo: imaginar una historia o visualizar la solución a un problema.
  8. Escribir. La escritura requiere de una coordinación visomotora (mano-ojo) y una destreza manual que implican aprendizaje y práctica.
  9. Incorporarse. Ponerse de pie implica el equilibrio del cuerpo y el esfuerzo voluntario de los músculos de la espalda, el cuello y las piernas.
  10. Saltar. Es una actividad física que requiere de impulso, cálculo, coordinación y, por lo tanto, voluntad.

Ejemplos de actividades involuntarias

Las actividades involuntarias no implican la voluntad ni requieren procesamiento. Esto significa que las personas no tienen el control sobre ellas ni necesitan pensar para llevarlas a cabo. Por ejemplo:

  1. Soñar. El sueño es la representación de imágenes o sucesos mientras se duerme, por lo que es un proceso inconsciente e involuntario.
  2. Respirar. La respiración es una función vital, que depende de la contracción de los pulmones. Si bien es posible suspender la respiración a voluntad durante un tiempo, no se puede impedir de manera definitiva.
  3. Oír. A diferencia de algunos otros sentidos, que pueden ser interrumpidos (cerrar los ojos o cerrar la boca, por ejemplo), el oído no puede suspenderse. Es posible elegir a qué estímulo prestar o no atención, pero no se puede dejar de percibir sonidos a voluntad.
  4. Segregar hormonas. Los procesos bioquímicos y fisiológicos están regulados por entidades interiores totalmente ajenas a la voluntad y la conciencia. Nadie puede decidir qué hormona segregar ni cuándo, aunque sí es posible influir sobre estos procesos de forma indirecta, por ejemplo, a través de la alimentación.
  5. Sanar. No es posible impedir que el cuerpo sane, como tampoco es posible sanar a voluntad. Se trata de un proceso automático y corporal, que es ajeno al control de las personas.
  6. Sentir. El sentido del tacto está siempre activo y brinda información sobre el entorno de forma permanente: frío, calor, dolor o presión, entre otras. Todas estas sensaciones pueden ignorarse a voluntad, pero se perciben de manera involuntaria.
  7. Dormir. El sueño es un proceso fisiológico imprescindible para los seres humanos. No se puede impedir el sueño por decisión propia durante un tiempo indefinido; eventualmente se convierte en una actividad involuntaria.
  8. Tener reflejos. Los reflejos son reacciones automáticas del cuerpo que suceden en respuesta a un estímulo. Todas las personas los tienen y nacen con la mayoría de ellos. Por ejemplo: en los recién nacidos, se observa el reflejo de succión que permite la alimentación.
  9. Crecer. El crecimiento y la maduración del cuerpo son paulatinos e indetenibles, y no dependen de una decisión del individuo que crece. No es posible impedirlo ni hacerlo a voluntad.
  10. Mantener el equilibrio interno. La homeostasis es un proceso que se produce por medio de respuestas adaptativas, con el fin de mantener una cierta estabilidad interna. Se realiza de forma involuntaria. Por ejemplo: regulando la temperatura o aumentando la frecuencia cardíaca.

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"Actividades voluntarias e involuntarias". Autor: María Inés Gómez. De: Argentina. Para: Enciclopedia de Ejemplos. Disponible en: https://www.ejemplos.co/ejemplos-de-actividades-voluntarias-e-involuntarias/. Última edición: 11 junio, 2024. Consultado: 17 julio, 2024.

Sobre el autor

Autor: María Inés Gómez

Psicopedagoga (IES Alicia Moreau de Justo). Arteterapeuta (SEUBE-UBA y UCAECE).

Fecha de publicación: 24 noviembre, 2016
Última edición: 11 junio, 2024

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