La Guerra Fría fue un conflicto de tipo político, militar, económico, cultural e ideológico que comenzó luego del fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Dividió al mundo entero en dos: el bloque occidental o capitalista, liderado por Estados Unidos, y el bloque oriental o comunista, liderado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Este enfrentamiento estuvo motivado por razones políticas e ideológicas, pero no desencadenó un conflicto directo entre las dos potencias. Estas no llegaron a declararse la guerra ni hicieron que sus ejércitos se enfrentaran de manera frontal, motivo del cual deriva el nombre de ”Guerra Fría”. Sin embargo, sí involucró militarmente a otros países, en la medida en que tanto Estados Unidos como la Unión Soviética financiaron dictaduras y guerrillas insurgentes en América Latina y Asia, e incluso llegaron a enviar tropas para combatir en algunas guerras, para inclinar la balanza mundial a su favor y extender su propio modelo de sociedad a otras partes del planeta.
La Guerra Fría jugó un papel importante en la configuración de las mentalidades de la segunda mitad del siglo XX. En efecto, tuvo un notorio impacto en el surgimiento de expresiones culturales pacifistas y corrientes de pensamiento desesperanzadas, pesimistas y apocalípticas, nacidas bajo el miedo a la destrucción de la humanidad mediante una guerra atómica que, durante los años sesenta y setenta, parecía inminente.
La Guerra Fría fue un conflicto complejo y prolongado, que abarcó diversos escenarios y numerosas etapas. Si bien el modo de dividir estas fases puede variar según el enfoque de cada historiador, en general se pueden reconocer las siguientes etapas principales:
- Primera etapa. La formación del mundo bipolar (1947-1953)
- Segunda Etapa. La coexistencia pacífica y la crisis de los misiles de Cuba (1953-1962)
- Tercera etapa. La détente (1962-1979)
- Cuarta etapa. La Nueva Guerra Fría (1979-1991)
La Guerra Fría terminó cuando cayó el muro de Berlín en 1989 y, dos años después, se disolvió la Unión Soviética.
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Primera etapa. La formación del mundo bipolar (1947-1953)
La primera etapa de la Guerra Fría comenzó con la Doctrina Truman de 1947, a través de la cual Estados Unidos se comprometió a apoyar a los países que se enfrentaran a sublevaciones comunistas. También fue importante la aplicación del Plan Marshall, un programa estadounidense de ayuda económica para la reconstrucción de Europa occidental, que había sido en gran medida destruida por la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos buscaba la recuperación europea para hacer frente a la injerencia soviética en Europa del Este. Por su parte, la Unión Soviética implementó su propia doctrina de apoyo económico, el Plan Molotov, que luego se convirtió en el COMECON, una organización dedicada a administrar subsidios y canales comerciales controlados desde Moscú para las naciones bajo control soviético: Polonia, Checoslovaquia, Rumania, Hungría y Bulgaria.
En el marco de estas tensiones, sucedió el bloqueo soviético de Berlín: el cierre de las fronteras de Berlín occidental, zona administrada por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, y su aislamiento de Alemania occidental. Los países capitalistas implementaron un puente aéreo que logró sortear el bloqueo y el gobierno soviético finalmente lo levantó. Este hecho consolidó la separación entre el este comunista y el oeste capitalista, tanto en Alemania como en el resto de Europa.
Para enfrentar este panorama, en Occidente se creó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), comprometida con la defensa militar del bloque occidental. Poco antes había surgido en Oriente el Kominform, una institución de control ideológico y político internacional que buscaba preservar la unión de las repúblicas comunistas, seguido del Pacto de Varsovia, una alianza militar del bloque oriental.
En 1949, la guerra civil china finalizó con el triunfo de los comunistas de Mao Zedong y la instauración de la República Popular China. Este nuevo panorama motivó al régimen comunista de Corea del Norte a invadir Corea del Sur, lo que provocó el inicio de la guerra de Corea. Estados Unidos tomó participación directa a favor del sur, con la aprobación de las Naciones Unidas, y China y la Unión Soviética apoyaron al norte. El conflicto acabó en 1953 con un empate militar y el restablecimiento de la frontera entre las dos naciones.
Segunda Etapa. La coexistencia pacífica y la crisis de los misiles de Cuba (1953-1962)
La segunda etapa de la Guerra Fría se inició con el cambio de los actores políticos internacionales en 1953, tras la elección de Dwight Eisenhower como presidente de Estados Unidos y la muerte del dirigente soviético Iósif Stalin. La asunción del nuevo secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Nikita Jruschov, llevó a un proceso de desestalinización y a una progresiva ruptura entre la Unión Soviética y China.
En este marco, se intensificó la carrera armamentista y se dio inicio a la carrera espacial, cuyos resultados definieron en gran medida la ciencia y la tecnología de finales del siglo XX. Esto coincidió con un clima de relativa calma entre ambos bloques, aunque con importantes momentos de tensión.
En este período, las dos potencias hicieron esfuerzos por sumar o mantener en sus respectivos bloques a la mayor cantidad posible de países descolonizados de Asia, África y América. Esto condujo al apoyo estadounidense a Vietnam del Sur en la guerra de Vietnam (1955-1975), en la que finalmente vencieron los comunistas de Vietnam del Norte. Vietnam se reunificó en 1976 bajo la forma de una república comunista, mientras que en Laos se estableció un régimen comunista bajo el mando del partido Pathet Lao y en Camboya se instauró un breve gobierno comunista dirigido por Pol Pot, líder de los Jemeres Rojos.
Otro triunfo del comunismo fue el alineamiento de Fidel Castro con la Unión Soviética poco después de la Revolución cubana de 1959, que depuso al dictador Fulgencio Batista. Este gesto se convirtió en un símbolo de la insurgencia izquierdista latinoamericana y en un referente para los movimientos antiimperialistas, nacionalistas y socialistas que surgieron en varios países de la región, como Venezuela, República Dominicana, Chile, Argentina, Paraguay, Bolivia y Panamá.
La Revolución cubana permitió a la Unión Soviética posicionarse muy cerca del territorio estadounidense, lo que fue percibido como una amenaza por parte del presidente John F. Kennedy, quien mantuvo un embargo comercial preexistente e intentó una invasión de Cuba en 1961 que fracasó. Ese mismo año, el gobierno comunista de Alemania Oriental construyó el muro de Berlín para impedir la huida de ciudadanos del este hacia el oeste.
El punto más álgido de esta etapa tuvo lugar en 1962, cuando la Unión Soviética intentó emplazar unos misiles nucleares en Cuba, de forma similar a los que tenía Estados Unidos en Turquía. La tensión, conocida como “crisis de los misiles”, incluyó amenazas de represalias, pero culminó con el retiro de los misiles tanto de Cuba como de Turquía, y el compromiso de Kennedy de no invadir la isla, si bien se mantuvo el embargo.
Esta crisis instauró el “teléfono rojo”, una línea directa entre Washington y Moscú, a través de la cual los dirigentes soviéticos y estadounidenses podrían negociar en casos de extrema gravedad. La paranoia tras lo que había parecido una inminente guerra atómica llevó en adelante a una etapa de distensión.
Tercera etapa. La détente (1962-1979)
La tercera etapa de la Guerra Fría hizo de la polarización mundial algo mucho más complejo, ya que las economías de Japón y Europa occidental lograron recuperarse de la crisis debida a la Segunda Guerra Mundial. Además, algunos países del Tercer Mundo supieron organizarse en instituciones como la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y el Movimiento de los Países No Alineados, lo que les permitió escapar a la dinámica de alineación con una u otra superpotencia.
En este panorama, la Unión Soviética y Estados Unidos promovieron una relajación o distensión (détente) en sus políticas internacionales. Esto también se relacionó con las tensiones internas que se vivían en ambos bloques. Por ejemplo, la Unión Soviética envió tropas a Checoslovaquia para reprimir la llamada Primavera de Praga, un conjunto de reformas de liberalización política y económica que duró unos pocos meses en 1968.
Por su parte, en mayo y junio de 1968, una serie de protestas estudiantiles y huelgas conocidas como Mayo francés condujeron a la caída del presidente Charles de Gaulle en Francia. Si bien los partidos de izquierda y los sindicatos que impulsaron estas protestas no tomaron el poder, este evento tuvo un enorme impacto social y cultural en Occidente.
Por otro lado, la ruptura de relaciones entre la Unión Soviética y la China maoísta provocó en 1969 algunos enfrentamientos militares entre ambos países comunistas y, paradójicamente, un acercamiento entre China y Estados Unidos que permitió un viaje del presidente Richard Nixon a Pekín en 1972. Además, los gobiernos estadounidense y soviético comenzaron la firma de tratados para la reducción de armamentos.
Cuarta etapa. La Nueva Guerra Fría (1979-1991)
La cuarta etapa de la Guerra Fría se inició con la invasión soviética de Afganistán en 1979, que puso fin a la distensión de los años anteriores. A la guerra afgano-soviética (1979-1989) se sumó la Revolución Sandinista en Nicaragua, que contó con el apoyo de la Unión Soviética, cuyo esfuerzo económico en gastos militares condujo a una profunda crisis económica a principios de la década del ochenta.
Cuando Mijaíl Gorbachov asumió la secretaría general del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1985, la economía soviética estaba estancada y existía un fuerte descontento social ante el deterioro de la calidad de vida, lo que lo obligó a emprender una serie de reformas. En 1987, estas reformas, agrupadas bajo el nombre de perestroika (“reestructuración”), se profundizaron e introdujeron cambios tendientes a un socialismo de mercado y a una política de desarme. A esto prosiguió la glasnost (“apertura”), una liberalización de la política y la prensa.
En este contexto, se dio inicio a un proceso de negociaciones con Estados Unidos que culminó en 1989 con la Cumbre de Malta. En ella, George Bush y Mijaíl Gorbachov anunciaron el fin de la Guerra Fría y el comienzo de una nueva era.
Ese mismo año, cayó el muro de Berlín, y al año siguiente se firmó la reunificación alemana. Finalmente, en diciembre de 1991, luego de un intento de golpe de Estado y con numerosas repúblicas soviéticas que clamaban por su independencia respecto del régimen comunista centrado en Moscú, la Unión Soviética fue disuelta y la Guerra Fría concluyó.
Causas de la Guerra Fría
Las principales causas de la Guerra Fría fueron:
- Fin de la Segunda Guerra Mundial. Los factores determinantes del inicio de la Guerra Fría se gestaron durante el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los países aliados occidentales (Francia, el Reino Unido y Estados Unidos) pactaron con la Unión Soviética para derrotar conjuntamente a la Alemania nazi. Esta alianza condujo al fin de la guerra en 1945 y a la desnazificación y ocupación de Alemania. Además, dejó una Europa devastada y necesitada de ayuda económica. Por lo tanto, el papel de Europa como centro hegemónico mundial lo ocuparon desde entonces las dos nuevas superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética.
- Diferencias ideológicas. Las diferencias irreconciliables entre el modelo económico, político y cultural occidental, basado en el capitalismo y la democracia pluripartidista, y el modelo soviético, originado en la Revolución de Octubre de 1917 y basado en el comunismo y el régimen unipartidista, se convirtieron en fuente de tensiones y enfrentamientos a escala mundial. Si bien la oposición entre ambos modelos ya existía, la nueva posición de poder adquirida por Estados Unidos y la Unión Soviética alentó el intento por detener el avance del enemigo y extender la propia influencia a escala mundial.
- Reparto de Alemania. La división de Alemania en dos zonas de ocupación, una bajo administración de las tres potencias occidentales (oeste) y otra bajo administración soviética (este), y la división equivalente de su capital, Berlín, sirvieron de ejemplo a escala local del crecimiento de las tensiones entre ambos bloques. A la vez, estimularon reclamos político-territoriales que produjeron conflictos y crisis, como el bloque soviético de Berlín en 1948. El drama de las dos Alemanias se convirtió en un símbolo del modelo bipolar de la Guerra Fría, hasta su reunificación en 1990.
- Injerencia estadounidense y soviética en Europa. La aplicación del Plan Marshall para la reconstrucción económica de Europa occidental otorgó a Estados Unidos una importante injerencia en el continente, que la Unión Soviética percibió como una amenaza. Por otra parte, la presencia soviética en Europa oriental permitió la formación de regímenes comunistas controlados desde Moscú, que el bloque occidental buscaba contener para que no se extendieran al resto del continente y el mundo.
Consecuencias de la Guerra Fría
Las principales consecuencias de la Guerra Fría fueron:
- Expansión del capitalismo. La caída del bloque comunista supuso el triunfo del sistema capitalista, que se extendió a casi todo el mundo. Esto implicó la consolidación de un mercado global, en el contexto de la llamada globalización, y la adopción de medidas de liberalización económica en países socialistas que sobrevivieron a la caída de la Unión Soviética.
- Crisis del comunismo. La caída del muro de Berlín, la disolución de la Unión Soviética y la pérdida de financiamiento de los países que habían dependido de la ayuda soviética, como Cuba, pusieron en crisis a las ideologías comunistas en todo el mundo.
- Fin del mundo bipolar. La derrota de una de las dos superpotencias, la Unión Soviética, y de su modelo económico significó la desaparición del mundo bipolar y la formación de un nuevo orden internacional. Este nuevo orden quedó bajo la hegemonía económica de una única superpotencia, Estados Unidos, y permitió la progresiva incorporación a la OTAN de varios países que previamente habían pertenecido al bloque comunista.
- Desarrollo tecnológico y científico. La carrera armamentista entre los dos colosos de la Guerra Fría alcanzó niveles alarmantes que, en determinados momentos, amenazaron con llevar a una guerra nuclear. Sin embargo, esta escalada tecnológica, empujada por la competitividad en los campos de la ingeniería, la ciencia y la propaganda, se tradujo en logros inéditos para la humanidad, como la exploración del espacio, la llegada a la Luna, el desarrollo de la energía nuclear y la creación de Internet, entre otros.
- Conflictos bélicos y sus efectos. Los múltiples conflictos regionales que ocasionó la Guerra Fría, o que estuvieron estrechamente vinculados con ella, supusieron un costo económico y en vidas humanas muy elevado. El enfrentamiento bipolar alcanzó distintos rincones del planeta durante la segunda mitad del siglo XX. Algunos de estos conflictos tuvieron a su vez consecuencias importantes en la política y la cultura, como la guerra de Vietnam, que es aún recordada como un evento traumático de la historia de Estados Unidos, en especial en el cine y en la literatura.
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