Causas y Consecuencias de la
Revolución francesa

La Revolución francesa fue un proceso de cambios políticos y sociales que tuvo lugar en Francia entre 1789 y 1799. Condujo al fin de la monarquía absolutista y a la abolición de los privilegios de la nobleza en ese país, y al establecimiento del primer gobierno republicano de tipo liberal en Europa.

Guiados por el lema de “libertad, igualdad, fraternidad”, la burguesía, la plebe urbana y el campesinado se rebelaron contra la monarquía, derrocaron al poder feudal y transmitieron al mundo la señal de un futuro por venir, caracterizado por la paulatina formación de gobiernos democráticos, republicanos y basados en el reconocimiento de los derechos fundamentales de todos los seres humanos.

La Revolución francesa es considerada por casi todos los historiadores como el evento sociopolítico que marca el inicio de la Edad Contemporánea en Occidente. Fue un proceso que conmocionó al mundo entero y esparció por todos sus rincones las ideas revolucionarias del liberalismo y la Ilustración.

Causas de la Revolución francesa

Las causas de la Revolución francesa fueron:

  • Rechazo al absolutismo. El orden político del Antiguo Régimen era una monarquía absoluta. En ella, el rey concentraba el poder y tomaba decisiones arbitrarias e inconsultas, tanto para declarar la guerra o firmar la paz, como para crear nuevos impuestos y disponer de los bienes de sus súbditos. Incluso la nobleza y el alto clero tenían una participación limitada en el gobierno. Por otro lado, la falta de libertades individuales y de expresión, debida al control total que ejercía el monarca con prácticas como la censura, incrementó el descontento en la mayoría de la población, incluida la burguesía, que no podía organizarse libremente para defender sus intereses y, por lo tanto, rechazaba de manera creciente el absolutismo.
  • Crisis de la sociedad estamental. La sociedad francesa estaba dividida en tres estamentos: la nobleza, el clero y el estado llano (también llamado “tercer estado”). Los primeros dos estados tenían privilegios y eran mantenidos con los impuestos pagados por el tercero, que representaba alrededor del 97 % de la población y no tenía representación política. El estado llano estaba formado tanto por las masas pobres de las ciudades y el campo, como por el bajo clero, el artesanado urbano, los pequeños propietarios de tierras y la burguesía (banqueros, comerciantes, profesionales e intelectuales). Estos aspiraban a la igualdad ante la ley y al fin de los privilegios derivados del nacimiento (nobleza) o de la relación con Dios (alto clero).
  • Ideas ilustradas. La difusión de las ideas de la Ilustración, que defendían el uso de la razón para conocer y transformar la realidad, influyó a muchos intelectuales y políticos franceses provenientes de la burguesía y de algunos sectores nobles. A partir de pensadores como Montesquieu, Voltaire y Rousseau, se comenzó a cuestionar el derecho divino a gobernar que se arrogaba el monarca absoluto, se propuso un sistema de equilibrio de poderes y se introdujo el principio de igualdad ante la ley, proveniente del liberalismo. Todo esto trazó el camino hacia la consigna de “libertad, igualdad, fraternidad” que caracterizó a la Revolución francesa.
  • Crisis económica. Durante el reinado de Luis XVI, Francia se involucró en la guerra de Independencia de Estados Unidos, lo que incrementó su deuda y generó problemas financieros. A ello se sumaron una serie de malas cosechas, en especial en 1788 y 1789, que desataron una crisis económica y financiera en el reino. Gran parte de la población comenzó a padecer hambre, debido a la escasez de alimentos y al aumento del precio del pan. Sin embargo, los gastos de la corte y sus niveles de ostentación se mantuvieron elevados, y el rey intentó aumentar los impuestos. Entonces, se vio forzado a convocar a los Estados Generales, una asamblea con representación de la nobleza, el clero y el estado llano, para encontrar una solución a la crisis. En contraposición a las intenciones del monarca, esta situación alentó la participación política del tercer estado, cuyos representantes se constituyeron en Asamblea Nacional y dieron inicio a la revolución.

Consecuencias de la Revolución francesa

Las consecuencias de la Revolución francesa fueron muchas y complejas, algunas más inmediatas y otras de largo alcance. Se pueden resumir en los siguientes puntos:

  • Fin del orden feudal. La abolición de la monarquía absolutista y de los privilegios de la nobleza y el clero terminó con el orden estamental del Antiguo Régimen en Francia, incluida la servidumbre. También dió un golpe simbólico al orden feudal en el resto de Europa y el mundo, pues sembró en muchos países la semilla del cambio. Mientras las monarquías europeas contemplaban con horror la decapitación de los reyes franceses en 1793, en otros lugares, como en la América hispana, las colonias se nutrían de la ideología liberal y, años después, iniciarían sus propias revoluciones de independencia contra la Corona española.
  • Surgimiento de la República Francesa. La monarquía absolutista fue inicialmente sustituida por una monarquía constitucional y, posteriormente, por una república. El surgimiento de un nuevo orden político y social cambió para siempre las relaciones económicas y de poder dentro de Francia. Este proceso atravesó diversas épocas de cambio, algunas de ellas muy violentas. Además, los revolucionarios debieron enfrentar una guerra con las monarquías vecinas, que pretendían restituir al rey en su trono mediante la fuerza. El orden republicano fue interrumpido en algunos períodos, pero se fue consolidando hasta llegar a la actual Quinta República.
  • Nueva distribución del trabajo. El fin de la sociedad estamental revolucionó el modo de producir de los franceses y permitió la introducción de la seguridad económica basada en la propiedad privada, ajena a los derechos de nacimiento. También promovió la reducción de la intervención del Estado en los asuntos económicos para favorecer las leyes de la oferta y la demanda. Esto configuró una nueva sociedad liberal, amparada en el orden político por el sufragio censitario, que posteriormente llevó al sufragio universal.
  • Proclamación de los derechos del hombre. La consigna que representó a la revolución, “libertad, igualdad, fraternidad”, motivó a la Asamblea Nacional a proclamar la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, preludio e inspiración para las leyes y políticas de derechos humanos de la actualidad. Por primera vez, se legislaron derechos igualitarios para todas las personas, consideradas libres e iguales por nacimiento, sin distinción de procedencia social, credo, etnia o raza, aunque no se hizo mención a las mujeres. Se liberaron los esclavos y se abolió la prisión por deudas.
  • Nuevos roles sociales de las mujeres. Si bien no se trató de una revolución feminista, muchas mujeres tuvieron un papel destacado en el proceso revolucionario, como la organización de clubes políticos, la participación en movilizaciones populares o la escritura de discursos a favor de la igualdad entre hombres y mujeres. En el período revolucionario, se le reconoció a la mujer un rol más o menos activo en la construcción del nuevo orden social, así como ciertos derechos como la igualdad de hombres y mujeres ante al divorcio, aunque siguieron privadas del derecho al voto. En general, se admite que fue en este contexto que surgió el pensamiento feminista.
  • Ascenso al poder de la burguesía. Los comerciantes, banqueros, profesionales y otros representantes de la burguesía pasaron a ocupar el lugar vacante de la aristocracia como clase dirigente. La burguesía estaba amparada en la acumulación de capitales y no en la posesión hereditaria de tierras, en títulos de nobleza o en cargos eclesiásticos. Su ascenso político modificó la estructura social y de gobierno en Europa y en la mayor parte del mundo, y fue, junto con la Revolución Industrial, uno de los eventos que dieron forma a las sociedades industriales contemporáneas.
  • Proclamación de la primera Constitución francesa. La primera Constitución de Francia se aprobó en 1791, sustituida por otra en 1795. En ellas, se estableció la división de poderes y se garantizaron los derechos y las libertades que reflejaban el espíritu liberal en la política, la economía y la sociedad, como la libertad de prensa, la libertad religiosa, la supresión de privilegios hereditarios, la igualdad de los ciudadanos ante la ley y la inviolabilidad de la propiedad privada. Junto con la Constitución estadounidense de 1787, sirvieron de ejemplo para las futuras constituciones republicanas de distintas partes del mundo.
  • Separación entre Iglesia y Estado. Las ideas ilustradas y liberales adoptadas por los revolucionarios franceses contribuyeron a la separación entre política y religión, un rasgo fundamental de la modernidad en Occidente. Este fenómeno comenzó con la expropiación de los bienes de la Iglesia y del clero, la reducción de su poder social y político, y el traspaso al Estado de las rentas que la Iglesia cobraba a la población. A partir de entonces, los sacerdotes perdieron sus privilegios y comenzaron a cobrar un sueldo del Estado como cualquier funcionario. Algunas tierras y bienes de la Iglesia y de la nobleza fueron vendidos a campesinos acomodados y burgueses, lo que aseguró su lealtad a la revolución. De este modo, se refundaron las bases del orden social y económico francés.
  • Nuevo calendario y fechas patrias. Durante la etapa de la Convención (1792-1795), que consagró el fin de la monarquía, se introdujo un nuevo calendario que buscaba abolir todo remanente del orden feudal previo. En este sentido, se intentaba fundar un nuevo sistema simbólico que no estuviera determinado por lo religioso y que permitiera construir una cultura republicana y laica. Los días y los meses adquirieron nombres distintos a los del calendario gregoriano, y los años comenzaron a numerarse a partir de 1792 con los nombres de año I, año II. El calendario revolucionario fue abolido en 1806 por Napoleón Bonaparte.
  • Ascenso político de Napoleón Bonaparte. Una de las grandes ironías de la Revolución francesa fue que culminó en un nuevo gobierno monárquico. En 1799, el general Napoleón Bonaparte, que servía a la república, regresó de Egipto y dio un golpe de Estado el 18 de brumario (denominación dada al 9 de noviembre en el calendario republicano). Instituyó el Consulado y asumió las riendas de la nación en medio de una crisis social. Inicialmente, se mantuvo la apariencia republicana, pero en 1804 Napoleón se coronó emperador y se lanzó a la conquista del mundo. Después de una serie de guerras, el imperio llegó a su fin cuando el emperador fue vencido y debió abdicar en 1814. Luego de un intento por restablecer su poder, fue definitivamente derrotado en 1815 en la batalla de Waterloo (Bélgica) en contra de una coalición europea.

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Gayubas, Augusto (2 de junio de 2025). Revolución francesa. Enciclopedia de Ejemplos. Recuperado el 19 de junio de 2025 de https://www.ejemplos.co/causas-y-consecuencias-de-la-revolucion-francesa/.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de publicación: 30 de enero de 2017
Última edición: 2 de junio de 2025

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